2007년 5월 11일 금요일

"No es un pecado capital cometer un error de ortografía"


Autor: Nora Veiras.

Sociedad/Lunes, 29 de Septiembre de 2003

Diálogo con Emilia Ferreiro, La argentina que revolucionó la lectoescritura.

Emilia Ferreiro presenta un CD "Los niños piensan sobre la escritura", donde defiende el papel de los chicos en la enseñanza y destaca la importancia de mantener el nivel sobre todo en la escuela pública."Porque los sectores más postergados no tienen otra instancia para hacer el despegue en la vida."

Los niños cuando llegan a la escuela ya han comenzado con el proceso de alfabetización. Los niños vienen pensando desde hace un tiempo, que se interesan en la escritura porque se dan cuenta rápidamente de que es un objeto valioso del entorno y, curiosos como son, hacen preguntas y se interesan en todo aquello que ven que tiene valor para la sociedad en la cual viven. Los niños no piden permiso para jugar, pero tampoco para empezar a aprender.

Ámbito escolar hay una imagen clásica de la autoridad del adulto inteligente y un pequeño incopetente. Esta imgane hay que cambiar hacia un repeto intelectual mutuo reconociendo que el niño es un interlocultor válido y el adulto, un inteligente que puede dialogar con un pequeño que también es inteligente.

Además el docente se reserba muchos roles que no es necesaria por ejemplo: la revisión de un texto escrito por el niño debe hacerse por sí mismo y no mediante otra persona. Uno descubre cuál es el mejor procedimiento de revisión que conviene al tipo de texto que está haciendo. Revisar es lo que es propio de una escritura responsable. Cuando la maestra se reserva para sí algunas de las funciones propias de un usuario de la lengua escrita impide ciertos aprendizajes que son esenciales. La escuela no puede seguir formando gente que escriba en dictado. El dictado muchas veces no cumple la función para ver cómo está la ortografía ya que la maestra da claves ortográficas, como si no quisiera que aparecieran los errores que está anticipando.

Cuando los niños empiezan a hablar hacemos una hipótesis de que hay un significado, que hay una intención comunicativa y probamos: "¿qué quiere, quiere agua, quiere la pelota? quiere algo y por eso habla." Con la escritura no hacemos lo mismo, es otra cosa. No quiere comunicar nada, lo que tiene que hacer es copiar bien las letras y asumir la escritura como algo ya hecho que se copia y una vez que se ha convertido en un buen copista la sociedad lo autoriza a hacer al más con la escritura.

Hay que revertir esta prioridad, hoy en día existen muchas maquinas que se encargan del cuidado en la ejecución gráfica de las formas. Lo más importante es que los niños puedan diferenciar los distintos tipos de textos que existen. Con la tecnología y la mensajería se volvió más importante el contenido que la ortografía. Hoy en día, nos debemos preocupar más del contenido como principal, después la ortografía ya que lo hacen las máquinas.

Toda lengua tiene una zona de fluctuación con respecto a la ortografía. Cuando son palabras que no está en el léxico es impresionante la variación en la forma de escritura, siendo aceptado por todos, ya que en ese momento es más importante de entregar la noticia o el contenido que se quiere adquirir a través del texto.

Como educadores hay que cambiar, si un niño no escribe por miedo a la mala ortografía, dar confianza primero que adquiera gusto por escribir, persuadiendo que exiten miles de formas para corregirlas, como los computadores que son usados desde los preescolares.

El PROCESO DE ALFABETIZACIÓN nunca termina. No hay que echar la culpa al nivel anterior que no enseñaron bien, sino que cada nivel tiene un texto distinto a los cuales no son comunes para los niños o estudiantes. Por lo tanto se produce un nuevo proceso de alfabetización.

Emilia Ferreiro pone énfasis al sector público para difuntir esta nueva concepción, ya que son los sectores más postergados losque necesitan más de la escuela. Si la escuela no cumple bien su misión no hay otra instancia de reemplazo por lo que hay que reforzarlos, no quedar con la idea de que "con que sepan esto, esta bien" como sucede generalmente.

Hay que terminar con los prejuicios que se le dan a los niños. El educador tiene que tener un accionar docente, pensar que todos pueden y no ver quienes no pueden.

Debemos formarnos como maestros con las siguientes características:

El maestro que consigue generar entusiasmo, compromiso, que se sorprende con las preguntas de los chicos, los deja hablar, toma nota de sus dificultades, de la información que van trayendo, ese maestro es un compañero de aprendizaje, además enseña, !ojo! no deja de enseñar.

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